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Problemáticas histórico sociales que afectan la relación Ciencia-tecnología y sociedad en América Latina (página 2)



Partes: 1, 2

Los desafíos mundiales sitúan
ante el ser humano problemas
relativos a la ciencia
tales como el apropiado uso de la misma en la sociedad, la
militarización de la ciencia, el
lugar de la ciencia para los gobiernos, la libertad de la
ciencia y su uso en pos del desarrollo
mundial, continental y local, el lugar de la ciencia en la educación y en la
cultura
general son problemas que deben resolverse en la práctica
mediante la búsqueda de un camino que dé a la
ciencia formas que resulten más provechosas para la
humanidad. Esto implica un conocimiento
más amplio de la relación general de la ciencia y
la sociedad; y para esto es preciso el
conocimiento de la Historia, de la ciencia y de
la sociedad; para hacer ciencia es necesario investigar el
pasado, comprender el presente y dominar el futuro.

El trabajo tiene
como objetivo
analizar las Problemáticas histórico sociales que
afectan la relación Ciencia-tecnología y sociedad
en América
Latina a través de un breve esbozo.

Este trabajo puede servir como material de
apoyo para la asignatura de Problemas
Sociales de la Ciencia y la Tecnología y para otras
asignaturas que incluyan este tema en sus programas de
estudio.

Desarrollo

Aspectos generales de Ciencia y
Tecnología en América
Latina en las últimas décadas. Hacia una integración en materia
científico tecnológica y
social.

Antes de adentrarnos en el devenir
científico tecnológico en estas últimas
décadas para el área de América Latina se
hace necesario un recuento histórico a través del
cual se pueda connotar la verdadera situación
histórico-social que caracteriza a la región en los
últimos años y que en cierta medida condiciona todo
lo que acontece en materia científico-tecnológica y
social.

Comencemos entonces por los años
setenta y principios de los
ochenta, en que la dramática situación
económica y social de América Latina, junto con el
recrudecimiento de la represión y el ascenso de gobiernos
fascistas y dictaduras militares impulsa nuevos brotes de lucha
armada promovidos por organizaciones
político/militares que se proponían alterar el
injusto orden existente. El triunfo Sandinista en Nicaragua sobre
la dictadura militar
de Somoza en 1979 abrió, como veinte años antes
hiciera la Revolución
Cubana, una nueva fase de positivas transformaciones en la
faz del continente. Desde entonces hasta la fecha importantes
cambios han tenido lugar en el escenario latinoamericano, al
reaparecer un nutrido grupo de
gobiernos civiles fruto de elecciones, de mayor o menor solidez,
y de distinta proyección política. En la
década de los ochenta la hegemonía de los Estados Unidos
entró en franco retroceso, las masas trabajadoras
volvieron a ganar las calles y el movimiento
obrero se revitalizó en varios países. Esta etapa
de la historia de los países latinoamericanos iniciada en
la década de los ochenta y caracterizada por el dominio de
regímenes civilistas vino acompañada de una primera
oleada de ajustes económicos de tipo neoliberal, lo que
empañó el clima de
optimismo y las expectativas de prosperidad creadas en amplios
sectores de la población con el traspaso del poder de las
dictaduras militares a gobiernos electos.

Al aplicar las medidas y reformas impuestas
por el FMI y el Banco Mundial,
en todas partes al sur del Río Bravo se comenzaron a
desmantelar los programas de ayuda social, a limitar los derechos sindicales y
reducir el área estatal de la economía y los servicios, con
lo que se abría la privatización de las empresas
públicas y se aseguraba el pago de la onerosa deuda externa,
por primera vez en la historia latinoamericana, no sólo la
liberación política se convirtió en una
tendencia predominante en todo el hemisferio, con el consecuente
fortalecimiento de la hegemonía de los sectores vinculados
al mercado y al gran
capital, sino
que también las relaciones gubernamentales de
América Latina con Estados Unidos alcanzaron un nivel de
identificación y sintonía sin
precedentes.

En estos años ochenta, que los
economistas denominaron la década pérdida,
América Latina comenzó a padecer la crisis
más profunda y prolongada desde el crack de 1929.
A la par de los proyectos
integracionistas o de concertación política de los
países latinoamericanos fueron debilitándose o
desaparecieron, con la excepción del SELA, el CARICOM y el
grupo de Contadora, este último encaminado a buscar una
solución política y negociada al conflicto
Centroamericano.

A partir de los radicales cambios ocurridos
con el desplome del socialismo en
Europa Oriental y
la desaparición de la Unión Soviética,
acontecimientos de profundas repercusiones a escala
internacional, pareció abrirse –a fines de los
ochenta e inicios de los noventa- otra época en la
historia de América Latina, inserta en un triunfalista
nuevo orden mundial, de signo unipolar, que Estados Unidos ha
tejido como única superpotencia
político-militar.

Otra característica de la
década del noventa, determinada en gran medida por el
contexto internacional, fue la generalización de un clima
de negociación entre fuerzas
antagónicas de derecha e izquierda, que puso fin en varios
países latinoamericanos a una persistente lucha
guerrillera y a largos enfrentamientos civiles que
parecían insolubles, como ocurrió en El Salvador
(1992) y Guatemala
(1996).

Sin lugar a duda, de entre todas las
esperanzadoras alternativas latinoamericanas que existen hoy,
ilustradas con los cambios ocurridos en Argentina, Brasil y Uruguay,
sobresale la de Venezuela
implementada por el Comandante Hugo
Chávez, cuyos esfuerzos al frente de un movimiento
revolucionario de inspiración bolivariana, con un
extraordinario respaldo de masas, ha abierto desde 1999 un
singular proceso de
profundas transformaciones sociales, políticas
y económicas en la patria del Libertador.

Es muy cierto que existen peligros
desestabilizadores y que siempre estarán presentes
criterios diferentes que producen una mayor dependencia y
creciente ingobernabilidad que siguen acechando a los
países de América Latina en los comienzos del siglo
XXl, el ideal de la segunda independencia
reclamada por José Martí
va ganado la conciencia de la
amplias mayorías de este continente, como lo demuestra el
amplio proceso integracionista que está teniendo lugar en
todos los ámbitos, entre los que se encuentra el fomento y
desarrollo de la relación ciencia-tecnología y
sociedad.

Si tenemos en cuenta los primeros esfuerzos
sistemáticos que realizaron los países de la
región para institucionalizar la política
científica y tecnológica, así como los
primeros programas de cooperación internacional
implementados con éxito
notamos que estuvieron condicionados por la posición
reservada a América Latina en el mundo de la posguerra y
de la guerra
fría. Básicamente desde el punto de vista
ideológico, reflejaban en gran medida el pensamiento
sobre el desarrollo inspirado por la CEPAL si bien el interés de
la región por esta materia se nutrió de otras
influencias. Varios países han cristalizado comunidades
científicas e instituciones
de muy buen nivel pero más vinculadas a la
¨transnacional de la ciencia¨ que a los aparatos
productivos de sus países.

Este trabajo pretende analizar algunas
problemáticas que afectan la relación clave que
debería existir entre ciencia y sociedad:

1-El robo de cerebros.

2-La Educación
Superior.

3-El papel jugado por algunas
Organizaciones internacionales.

4-La integración.

La fuga o robo de cerebros,
es la forma común en que los latinoamericanos definimos la
salida de gran número de científicos y
tecnólogos de nuestro continente hacia los países
desarrollados.

Según Núñez Jover se
ha convertido en política oficial de los principales
países industrializados y representa una transferencia
neta de recursos de las
naciones del Sur a las del Norte.

Este trabajo considera la
problemática de la fuga de cerebros como uno de los
principales males que afectan a las sociedades
latinoamericanas, parafraseando a Núñez Jover
¨es una política de los principales países
industrializados¨ que evidentemente no se corresponde con las
políticas trazadas por los países latinoamericanos
en relación con la potenciación de estrategias que
frenen la fuga de cerebros. Por lo tanto este fenómeno no
necesariamente se puede adjudicar solamente a las potencias como
el faquir que hipnotiza la serpiente, la serpiente en su
acepción positiva en cierta medida se ha dejado arrastrar
y podemos citar ejemplos:

-Está el caso de la
emigración hacia España
donde la realidad ha cambiado, siendo este uno de los
países que mayor número de latinos acoge en
términos migratorios laborales, los empresarios
españoles solicitan ingenieros latinoamericanos (ya sean
técnicos, de caminos o informáticos) procedentes en
su mayoría de Venezuela, Perú, Chile, Colombia o
Argentina.

A esa correcta formación hay que
añadir una vocación de más estabilidad por
parte del inmigrante latinoamericano, que emigra con un proyecto de vida,
y que además se implica en ese proyecto porque no puede
fallar, su familia depende
de ello. Para acabar de inclinar la balanza hacia los ingenieros
latinoamericanos, éstos cuentan con la ventaja del idioma.
En un principio las empresas no concedieron demasiado valor al
conocimiento del castellano, pero
la práctica ha demostrado que es una cuestión
diferencial, los jefes de proyecto tienen que dirigir equipos,
tienen que transmitir instrucciones. Por último, en
cuestiones de sueldo, la empresa
española resulta más competitiva en Latinoamérica, donde los países
europeos receptores de mano de obra calificada (Noruega, Inglaterra o
Irlanda) no tienen una red tan bien
estructurada como en Europa del Este.

Otro ejemplo se puede apreciar desde
adentro hacia Europa y es el caso de la Argentina donde el
problema de la fuga de cerebros se debe a que los
profesionales formados en el país encuentran más
oportunidades laborales y mejor pagadas en el exterior. En los
últimos cuarenta años el país ha crecido
escasamente en recursos
humanos calificados y en conocimiento. Esto trajo como
consecuencia que los científicos y profesionales formados
no encontraran lugar en donde desarrollar sus capacidades y
emigraran en busca de oportunidades a otros países
más desarrollados. Si bien la Argentina cuenta con
universidades y centros de formación de excelencia
académica sin embargo la mano de obra calificada debe
abandonar el país, generándose así el
fenómeno conocido como fuga de cerebros, que
según las épocas fue motivado por razones
diferentes: durante las décadas de los 60, 70 y principios
de los ochenta se debió principalmente a motivos de
persecución política que comenzaron cuando el
régimen militar intervino las universidades
públicas y persiguió a los investigadores, muchos
de los cuales debieron exiliarse. En la década del 90
hasta el presente se ha debido a factores económicos. En
los últimos años la mayor parte de esta fuga
está conformada por gente joven que emigra para
perfeccionarse; y termina optando por quedarse a vivir afuera y
los que salen decididos a «probar suerte» en
países más desarrollados. Si bien no hay estadísticas que permitan medir con
exactitud el fenómeno se estima que en los últimos
treinta años emigraron unos 50.000 universitarios de los
cuales el 40% son científicos.

Estos ejemplos aparecen a la orden del
día en los diferentes medios de
comunicación y no son más que evidencias de
la poca capacidad de los gobiernos del sur de mantener
condiciones favorables para retener a estos profesionales que
representan el futuro de las naciones, no es factible comparar
los gastos que para
nuestras sociedades trae consigo la preparación de un
profesional eficiente e integral con la pérdida
económica consiguiente representada en la eterna
preparación de personal y la
salida de este hacia otras naciones, lo que en cierta manera es
triste pues ni siquiera son bien pagados.

Se debe buscar respuestas por su tendencia
a profundizarse en el futuro en el incremento de la fuga de
talentos que la internacionalización facilita. Este es un
fenómeno que continuará en ascenso si no se
garantiza que la inversión en educación superior
vaya acompañada de un sostenido desarrollo nacional, con
un nivel de vida adecuado y la creación de empleos bien
remunerados y que al menos cuenten con las condiciones
mínimas para su desempeño. La búsqueda de talentos
no tiene fronteras y, por tanto, de nada sirve que un país
invierta en tener instituciones de alta calidad si no
cuenta con la debida demanda de sus
graduados, pues estos serán absorbidos por la demanda
internacional, como ya esta ocurriendo en algunos
países.

Pero no son solamente las políticas
educativas y laborales mal trazadas las que abren las puertas a
la salida de cerebros de Latinoamérica hacia el mundo,
otro factor que este trabajo quiere señalar es el
axiológico, esto es una consecuencia de el pobre
desarrollo educacional, la no formación de valores como
el patriotismo, el sentimiento de amor y
pertenencia por la tierra que
nos ve nacer y la solidaridad
prevalecen, ya que no se ha establecido de manera general un
trabajo ideológico con las masas para potenciar valores
que contribuyan a sopesar las causales económicas que es
muy cierto son muy difíciles de ignorar, no podemos tapar
el sol con un
dedo, aún y cuando es un continente entero del que
hablamos, pero puede ser una forma de disminuir la fuga de
cerebros.

Esto evidencia la necesidad de fomentar
nuevas políticas de ciencia, tecnología e innovación o sea que los gobiernos se
interesan en la productividad y
los empresarios en la competitividad, lo que promovería sistemas
nacionales de innovación.

Jeffrey D. Sachs, catedrático de
Economía y
director del Instituto de la Tierra en la
Universidad de
Columbia en un escrito que publicó en 2004 titulado
¨El atolladero latinoameriocano¨ termina
diciendo:

¨En resumen, las sociedades
latinoamericanas deben invertir más en sus habitantes,
para que puedan unirse a la vanguardia de
la productividad mundial. Si estas inversiones
llegan a todas partes de Latinoamérica, ricas y pobres,
las perspectivas de la región mejorarán
enormemente¨.

Resulta vergonzoso que personalidades
extranjeras comprendan que nuestros problemas no son sólo
de afuera hacia adentro, existe la tendencia a culpar a los
países desarrollados por nuestra situación, cuando
los verdaderos somos culpables nosotros que no hemos podido
emprender el camino de la rectificación.

En cuanto a ¨gestión
de la tecnología¨, nuestras universidades
todavía están sujetas a la idea de un ¨modelo lineal
de desarrollo¨ según el cual, primero hay que invertir
en ciencia y luego ella a través de sus resultados se
convertirá en innovación; y estas políticas
de ciencia, tecnología e innovación deben cubrir
tanto la modernización tecnológica de las empresas
como la disminución de la
pobreza.

En el año 2001 el Programa de
Naciones Unidos para el Desarrollo (PNUD) elaboró el
Informe "Poner el
adelanto tecnológico al servicio del
desarrollo
humano", donde enfatiza el papel de la tecnología. En
sus Notas sobre Ciencia Núñez Jover muestra algunos
ejemplos de lo que significaría para el Sur cumplir con lo
que plantea esta frase, por lo que sería beneficioso
impulsar otra política de ciencia que propiciaría
beneficios a la relación ciencia-tecnología y
sociedad: el fomento y desarrollo de manera ascendente de las
comunidades científicas.

¿Acaso no son estas
sociedades científicas representantes de los adelantos
tecnológicos y a su vez seres humanos que viven en una
sociedad que es de todos y que debe mejorar?

Sabemos que existen obstáculos para
estas comunidades, claro está que muchas de ellas
responden a fines lucrativos aún más cuando sus
investigaciones son subvencionadas por
megaempresas cuyos intereses no son para nada el beneficio
social, pero son afectadas por otras trabas propias del subdesarrollo
como son:

-Baja inversión en Ciencia y
tecnología; escasa relación entre el modelo
económico y el desarrollo científico técnico
y deficiencias educativas en formación en ciencia,
tecnología, sociedad e innovación (CTSI), entre
otros.

Este último aspecto que se menciona,
en opinión de personalidades que han trabajado este tema y
que comparte la autora de este trabajo, es fundamental si se
tiene en cuenta que las universidades fluctúan como puente
entre la educación, la ciencia y la tecnología pero
además por la vinculación que se logra entre estas
cuestiones y la sociedad.

Diagnósticos realizados en la
región por organizaciones internacionales como el FMI
muestran ciertas debilidades estructurales que afectan gravemente
al desarrollo de la ciencia y la tecnología:

-Sólo el 20 % de la población
de la edad correspondiente accede a la universidad, mientras que
en los países desarrollados esta proporción alcanza
en promedio el 50 %.

-El porcentaje de PIB dedicado a
I+D es de poco más del 0,5 %. En otros países
desarrollados alcanza 1,9 %, 2,7% y hasta el 3%.

-Dos terceras partes del presupuesto de
I+D procede de fondos públicos, mientras que en los
países desarrollados pertenece en mayor medida a la
empresa
privada, lo mismo que su ejecución. )

El Ché fue una de las personalidades
que en los inicios del despertar latinoamericano y cubano
analizó en mayor medida estos temas, un ejemplo de ello es
la siguiente frase recogida en un de sus escritos sobre ¨El
papel de la Universidad en el desarrollo
económico de Cuba¨.

¨No creo que sea la educación la
que modele a un país, y hemos demostrado incluso que no es
así, rompiendo con nuestro Ejército inculto una
enorme serie de trabas y prejuicios, pero tampoco es cierto que
el proceso económico sólo, vaya a conferir a la
educación por el solo efecto de una transformación
económica, una transformación a ese nivel. La
educación y el desarrollo económico están
constantemente actuando entre sí y configurándose
plenamente, y si pudimos nosotros cambiar completamente el
panorama de la Nación
en los niveles económicos, mantenemos hoy sin embargo, la
misma estructura
universitaria… la Universidad adquiere en este momento su
importancia extraordinaria y también se convierte en
cierta manera -aunque formada por individuos que apoyan en su
mayoría este Gobierno-, en un
potencial factor de retraso de la revolución. Hoy no teméis, hoy todo
son rosas, pero
llegará el día de mañana o de pasado, en que
la falta de técnicos impida, definitivamente, establecer
una industria y
haya que posponerla dos, tres, cinco o quien sabe cuantos
años. Y en ese momento preciso se verá cuán
importante ha sido ese factor de atraso de una Universidad que no
ha puesto sus aulas al nivel exigido por la revolución,
que es el pueblo¨.

No coincidir con las palabras guevarianas
sería antes que nada la mayor de las equivocaciones,
tenerlo en cuenta como el paradigma
social que representa es lo más acertado, para la
época en que pronuncia estas palabras refleja una vez
más cuan acertada estaba su visión futurista,
porque aún hoy esta problemática se mantiene
latente para la América nuestra, resulta claro que la
ciencia y la tecnología tenían y tienen que
alcanzar un nuevo rol protagónico dentro del proceso
educativo que representa la base social por la que todo ser
humano debe transitar para desarrollar su intelecto, aún y
cuando no estén creadas las condiciones para que este
desarrollo se produzca equitativamente.

Al igual que el Ché,
Núñez Jover en sus ¨Notas sobre Ciencia,
Tecnología y Sociedad en Cuba¨, señala el
surgimiento de una ¨política del conocimiento¨
para toda la población y que se trasluce en un necesario
acceso masivo a la enseñanza, asunto que desde los primeros
años del triunfo revolucionario se ha mantenido a la orden
del día y con el que la autora coincide plenamente a pesar
de que para la América Latina medidas como la
Campaña de Alfabetización tardaron décadas
en llegar, no obstante, los nuevos gobiernos representantes del
bienestar ciudadano en el área han estado creando
un espacio mayor para la educación en sentido general,
como un paralelismo lógico entre ciencia-tecnología
y Sociedad, es necesario vincular ambas cuestiones desde los
ámbitos cultural, ético, epistemológico a
través de la utilización de métodos
que favorezcan a las sociedades.

Los importantes cambios sociales de los que
estamos siendo testigos en Latinoamérica tuvieron su
primera expresión como exigencias a la educación
superior en las reformas que se hicieron en los países
avanzados en la década de los 80, y en un buen
número de los países latinoamericanos en la
década de los 90. Esta generación de reformas
estuvo orientada fundamentalmente a responder a las presiones de
la globalización económica. En este
sentido, los países con mayor dinamismo en hacer las
reformas en América Latina fueron aquellos con mayores
exigencias por entrar en procesos de
globalización económica, como Chile
en los 80, o en procesos de integración –abierta a
la
globalización de los 90, como México con
el Tratado de Libre
Comercio, y los países sudamericanos asociados al
MERCOSUR.

En el ámbito de la
educación superior, las décadas de
los 80 y 90 se recordarán por un importante dinamismo en
reformas a nivel del Estado. También hubo bastante
actividad en otros ámbitos: en las dinámicas de
crecimiento diferenciado, en el campo de la
investigación sobre la propia educación
superior; y muy especialmente, en los procesos de aprendizaje, a
partir del impacto que tuvieron las tecnologías de la
información y la
comunicación (TIC). En
América Latina este último aspecto no tuvo un
impacto tan extendido como lo hizo en países más
avanzados, pero es indudable que afectó a las
instituciones con mayores recursos. Mientras en el norte se
debatía sobre los efectos preocupantes de la copiosidad,
amplitud y velocidad de
los productos de
la revolución en la tecnología científica
(y, consecuentemente, se iniciaban los STS (Science and
Technology Studies), primordialmente dirigidos a entenderla y
controlarla), en Latinoamérica, hasta el umbral de la
década del 80, el discurso de
los especialistas, que no dejó de lado las cuestiones que
preocupaban a sus colegas del hemisferio norte, estuvo
consagrado, sobre todo, a proponer a las sociedades
latinoamericanas estrategias para superar el atraso. Hacía
fines de la década de 1980, los gobiernos latinoamericanos
renunciaron a las políticas económicas de tipo
nacionalista (en la Argentina, en particular, al proyecto
industrialista que, según Aldo Ferrer, evolucionaba
positivamente desde la década del 30). Al mismo tiempo, la
confianza en la ciencia y la tecnología se
debilitó, lo que sería caracterizado por Renato
Dagnino como el vacío ideológico ocupado por el
enfoque neoliberal.

Se coincide en señalar que estas
políticas económicas no estuvieron encaminadas al
desarrollo
social general sino que los avances científicos y
tecnológicos se utilizaron en pos de una
industrialización que tendía a favorecer a los
sectores burgueses que en estos países latinoamericanos
permanecían asociados a los grandes trust creando esto un
descontento entre las mayorías que si bien no
representó un freno para los beneficiados afectó el
carácter social de los avances
tecnológicos. Pero analicemos el momento actual, en
una década se han sucedido nuevos gobiernos cuyas metas
pueden alcanzar el desarrollo social esperado con el apoyo
innegable de la ciencia y la tecnología, pero no es un
fenómeno paralelo, ni todos los gobernantes y gobernados,
han concientizado la importancia que esto reviste, los unos
porque en algunos casos no están interesados y los otros
porque aún no salen de la ignorancia que padecen las
grandes mayorías de este continente.

En 1969, Jorge Sábato
y Natalio Botana publicaron un documento de gran influencia: La
ciencia y la Tecnología en el desarrollo futuro de
América Latina donde examinaron a profundidad las tareas
que corresponden al estado, a la comunidad
científica y al sector empresarial señalando las
relaciones coherentes que estos deben construir para incorporar
el desarrollo de los países una variable de semejante
poder. Ellos advierten que sin ciencia y tecnología las
naciones latinoamericanas se quedarían sin soberanía. En su trabajo: Ciencia y
Tecnología en América latina; una posibilidad para
el desarrollo; Francisco Piñón coincide con
Román Mayorga en su trabajo ¨Cerrando la brecha¨
publicado en 1997, al plantear que la creación de
Instituciones como el BID (Banco
Iberoamericano de Desarrollo) cuyas acciones en
las últimas décadas han sido meritorias en cuanto a
la creación de capacidades de investigación y desarrollo de
Universidades, es un factor que puede alcanzar dimensiones
extraordinarias.

Pero si analizamos en el devenir
histórico de América Latina han existido
otras instituciones que no han jugado un papel
feliz en este sentido, sus acciones han sido criticables en tanto
los objetivos
planteados en algunos casos han sido desvirtuados. La CEPAL
nacida el 25 de febrero de 1948 como comisión regional del
Consejo Económico y Social de la ONU (Organización de las Naciones Unidas),
según la revisión histórica del propio
organismo, después de la industrialización de los
años 50, propuso reformas para desobstruir la
industrialización en los 60 y la reorientación de
los estilos de desarrollo hacia la homogeneización social
y hacia la diversificación pro-exportadora" en los 70. En
la década del 80, propuso la superación del
problema del endeudamiento externo mediante el ajuste con
crecimiento y en la del 90, la transformación productiva
con equidad. En la
última década, la CEPAL, cuya sede permanente
está en Santiago de Chile, concentró su atención en la desigual distribución de la riqueza.

Otra institución creada en la
década del 40 y que jugó un importante papel en el
desarrollo de la región fue el CAME. El Consejo de
Ayuda Mutua Económica
(CAME o COMECON)
fue una organización de cooperación
económica formada en torno a la
Unión Soviética por los países del llamado
socialismo real y cuyos objetivos eran el fomento de las
relaciones comerciales entre los estados miembro en un intento de
contrapesar a los organismos económicos internacionales de
economía capitalista, así como presentar una
alternativa al denominado Plan Marshall
desarrollado por Estados Unidos para la reorganización de
la economía europea tras la Segunda Guerra
Mundial. Existió entre enero 1949 y abril de 1991. En
un principio entre sus integrantes no se encontraban muchos
países latinoamericanos pero ya para la década del
80 se le adhirieron algunos como Nicaragua y México,
además de Cuba que ya se encontraba entre sus filas. Uno
de los aspectos de la desigualdad y la pobreza en
América Latina es la desigualdad en el acceso a los
servicios
públicos básicos.

Este trabajo no pretende detenerse a
analizar con profundidad críticamente las acciones
desarrolladas por ambos organismos pues sería el objetivo
de un nuevo trabajo, pese a los esfuerzos realizados no creo que
distribuir las riquezas sea una noble tarea, no se trata de que
todos tengan ¨riquezas¨, la verdadera riqueza
sería igualdad de
derechos educacionales, creación de condiciones para que
los talentos se desarrollen dentro del continente latinoamericano
y proliferación de otra serie de cuestiones que sí
representarían riquezas, mientras tanto la desigualdad
social y la pobreza siguen sentado pautas en la
región, lo que a las claras deja entrever que ambas
instituciones no han representado cambios
significativos.

Sin embargo, existen otras instituciones
surgidas al calor de la
integración
latinoamericana
como la ALADI
(Asociación Latinoamericana de integración) que
derivada de la idea genérica de unidad latinoamericana a
dado lugar al surgimiento de proyectos e instancias
políticas de integración de las naciones y otros
proyectos de integración física, logística y cultural y se han expresado en
un cuerpo teórico particular acerca del proceso de
integración. Otras experiencias se han desarrollado en el
marco de la integración
latinoamericana, más o menos exitosas, criticables en
algunos aspectos pero ventajosas para los momentos actuales ya
sea que representen ejemplos de integración
subregional
, como el MERCOSUR, la Comunidad
Andina, o el Sistema de la
Integración Centroamericana (SICA), que ha llevado a la
teoría
de la integración latinoamericana a sostener distintos
modelos de
interrelación entre los procesos de integración
subregional, latinoamericano y continental.

El especialista alemán sobre asuntos
latinoamericanos Manfred Mols escribió sobre la idea
de  integración
latinoamericana la siguiente frase: "mientras que exista el
deseo, flexible y adaptado a las situaciones, con peso relevante
en una forma de trabajo conjunto latinoamericano, mientras eso
dure, entonces, la integración continúa
existiendo".

La idea de una integración
económica y política latinoamericana es tan
vieja como el propio
movimiento de la
independencia y la institucionalización de los estados
nacionales en el subcontinente.

Este trabajo pretende vincular los aspectos
tratados, o sea,
la fuga de cerebros, el desarrollo de la educación
Superior, las Organizaciones creadas para el desarrollo
latinoamericano con un soporte integracionista. Estas
problemáticas encuentran solución en la
integración, a pesar de que este es un proceso del que
solo hemos visto algunos ejemplos de que se puede hacer. La
Integración Centralmente Planificada como un
proceso de formación de vínculos de
cooperación profundos y estables en las ramas principales
de la producción,
la ciencia y la técnica, será una de las
salidas más exitosas para la relación CTS,
económicamente hablando propiciará la
creación de empleos que permitan a los distintos
profesionales de las ciencias
explotar al máximo sus conocimientos en pro del desarrollo
regional sin necesidad de exportar sus talentos ni vender sus
capacidades que serán usadas para su beneficio y de la
sociedad en general. No debe limitarse solamente al área
económica, aunque es lógico que esta será
una de las prioridades, debe convertirse además en un
instrumento para el mejoramiento educativo, de investigación científica, de
aprovechamiento tecnológico, de confrontación de
ideas, de creación artística y de expresión
de las peculiaridades y la identidad de
los pueblos y comunidades de la región. Se pueden
mencionar un alto número de ejemplos de lo hecho en este
sentido pero no es ese el objetivo del trabajo, en lo que la
integración supone para el desarrollo social es meritorio
desatacar el ejemplo que clarifica el esfuerzo más
reciente y de más alto nivel, representado en la
recién finalizada cumbre del 17 de diciembre ( I Cumbre de
América Latina y el Caribe) con la convicción de
que la integración política, económica,
social y cultural de la región constituye un factor
necesario para avanzar hacia el desarrollo
sostenible y el bienestar social de sus ciudadanos. Los
acuerdos tomados en esta cumbre, sobre todo los que atienden a la
relación entre CT y S:

-Promover la cooperación en ciencia
y tecnología a fin de fortalecer las capacidades
nacionales en estas áreas y contribuir a los esfuerzos
para enfrentar los problemas globales, estimular la
inversión y las asociaciones empresariales que involucren
a la transferencia tecnológica y de
know-how.

-Estimular la transferencia de
tecnología a fin de mejorar los procesos y normas de
vinculación económica entre la Unión
Europea y América Latina y el Caribe en las
áreas de producción de bienes,
comercio
exterior, infraestructura portuaria, telecomunicaciones y transporte.
-Considerar el fortalecimiento de la cooperación educativa
como un reto especial, con particular énfasis en la
educación básica, en la formación
profesional y en la cooperación entre las instituciones de
educación superior, incluyendo las universidades y la
educación a
distancia y tomando en cuenta las necesidades particulares de
nuestras sociedades. En este contexto recordamos los exitosos
programas de cooperación existentes.

-Impulsar la investigación
científica y el desarrollo técnico como elementos
fundamentales en nuestras relaciones y como condición
esencial para la exitosa inserción de los países en
un mundo globalizado, que exige el avance del conocimiento
científico, su dominio y adaptación a una
tecnología en constante evolución.

-Favorecer la innovación y
transferencia de tecnología con miras a obtener una mayor
vinculación económica y técnica entre las
dos regiones en los ámbitos de la producción de
bienes y servicios; comercio
exterior; infraestructura, telecomunicaciones y transportes,
entre otros.

-Fortalecer nuestra asociación en la
cooperación para el desarrollo, que ofrece una importante
oportunidad para poner en práctica valores e ideales
compartidos y mutuamente beneficiosos.

Estos 6 acuerdos escogidos entre el gran número de
acuerdos tomados evidencian como existe una conciencia tendente a
utilizar los avances científicos tecnológicos en
pro del desarrollo social y es esa precisamente la meta, es muy
posible que no la alcancemos a corto plazo pero, o represente una
utopía la mejora social pero…"no echemos la
culpa de todos los males al imperio de turno (…) no hemos sido
capaces de elaborar un proyecto que nos permita dar dignidad a
nuestros pueblos"… Tabaré Vázquez,
presidente de Uruguay.

La revista
¨Ciencia, tecnología e Innovación: una
visión para las Américas en el S.XXl¨,
auspiciada por la OEA, en su
parte II sobre el desarrollo científico y
tecnológico en las Américas, a pesar de analizar
los antecedentes del tema, el contexto y establecer propuestas
generales de políticas a seguir para resolver las
problemáticas existentes, adolece del la
utilización del término ¨desarrollo social¨
lo que demuestra que el vínculo que no puede faltar entre
CT y Sociedad sigue siendo poco utilizado lo que demuestra cuanto
queda por trabajar en este aspecto para imprimir una
connotación aún mayor a un aspecto tan sensible
para nuestras sociedades.

Conclusiones

La ciencia y la tecnología desde
tiempos inmemoriales han ocupado un espacio protagónico en
la vida del hombre, todo
estudio que se haga a su favor será a favor del hombre en
sí, en las condiciones actuales para América Latina
y el Caribe y en el caso específico de Cuba se hace
necesario desarrollar al máximo las potencialidades que en
esta materia permitan el avance integrado de este bloque de
países cuya causa común es alcanzar un mejor nivel
de vida para su población.

Es responsabilidad de los jefes de Estado y de
Gobierno, de la comunidad
científica en general la búsqueda de alternativas
integracionistas, no sólo por lo que significarían
para la economía los avances tecnológicos y
científicos, sino porque una cosa conlleva a la otra y una
economía desarrollada, sustentada sobre las bases de una
estabilidad regional daría paso a un sistema acorde con
las antiguas premisas por las que la ciencia y la
tecnología pasaron a ser parte indispensable para la
sociedad.

Referencias
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-Noticiero digital CIENCIA Y
TECNOLOGÍA EN AMÉRICA LATINA, 2008.

 

 

 

 

 

 

Autor:

Yenise Hernández Cordero

Dra. Aliosmy Cordero
González

Universidad de Pinar del Río "Hermanos
Saíz Montes de Oca"

Partes: 1, 2
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